A Juanra Arteaga no hay climatología adversa que lo pare. Tampoco a Yarel Hernández que rompe la arena del ambiente con un solo de guitarra abrumador. Tokio Revolver se ha reforzado para la ocasión con el músico zaragozano Luis Maziu a la percusión y el pianista Zsolt Kovacs, profesor de la Escuela de Música Toñín Corujo y director musical de la Lanzarote Big Band.

“Hey babe, I´m a looser, I´m a shit man. Hey darling, I can´t stop crying”. Juanra canta uno de los temas que acaba de grabar en los Estudios Neptar. El blues es la base de todas las balas que disparan los Tokio Revolver. Suena One direction y empiezan tímidos bailes al galope en las primeras filas. Huele a western aunque estemos al lado del mar. Yarel rompe una cuerda y empiezan las versiones: suenan clásicos de Taj Mahal, Bob Dylan y Led Zeppelin. Están curtidos en los escenarios y suenan como suena una banda que ha dado varias vueltas al cuentakilómetros de su furgoneta.

Antes de marcharse, tienen guardada una sorpresa: la colaboración de Jessica Abu (Dixiland Duo, Funky Five), una de las voces más hermosas y potentes que puede escucharse hoy en Lanzarote. El público recompensa su actitud y su “vozarrón” con un intenso aplauso. Juanra acaba: “Gracias por apoyar la escena rockera de Lanzarote, aunque sea a primera hora de la tarde”.

El carricoche móvil de Rockalean enciende las luces, Pirata Piratobich (el genial Luis María Moreno Urretavizcaya, brillante multiinstrumentista y saxofonista de la banda de Late Motiv) se coloca bien la chistera y agarra el micrófono para empezar a agitar la ciudad. Vienen del norte y se nota: suena Platero y tú y el desfile comienza (“hay poco rock and roll, ¡y demasiado ‘Despasito’!). Despierta una leve brisa marina y la ribera del Charco se convierte en un desfile de gente. En las Cuatro Esquinas toca reivindicar a Reincidentes. Desfilando por la calle Real se hace necesario homenajear este buen clima que hoy se pasó de fogoso: Pirata canta Hace calor de Los Rodríguez. La gente baila.

En la Plaza de Las Palmas, bajo la araucaria más grande de Lanzarote, entre palmeras y flamboyanes, esperan Cannibals y más público. A la joven banda madrileña le han extraviado las maletas y la organización ha tenido que tirar de llamadas urgentes para conseguir instrumentos de repuesto. Pedro Cazorla, el frontman de la banda, ve llegar por una esquina el zafarrancho de gente, música y luces… “¡Es impresionante estar aquí con vosotros!”, exclama. Sobre el escenario le acompañan Mario de Mora (guitarra y sintes) y Pablo de Pablo (batería). Suena un rocksteady fenomenal y la voz de Pedro, que deja loco a más de uno.

Puede que sean la sorpresa de la noche. Son una de las bandas emergentes del país. Se reunieron en 2016, en el garaje de Pedro y compusieron doce temas entre lo reggae, lo indie, lo pop, lo africano y lo loco. Sonido excepcional. Sin contactos en el mundo de la música, han logrado ganarse un hueco en la escena nacional en solo un año. Llenaron la sala Costello, estuvieron en el Mad Cool y enamoraron el viernes en el escenario Bestial Print.

Sonidos soul, tropicalismo, rhythm and reggae. El que no baila In Toledo es porque no escucha. La gente se agita con D.O.A. como las palmeras con el viento. You want it, Nothing but your love, Mozambique, Behave y un hit (“¡esta la conocéis todos!”): Next episode. Cannibals se tiene que marchar entre peticiones de bises. “Vaya festival… palmeritas, música en la calle, ¡cómo os lo montáis!”. “¡Ha sido la ostia el empuje, ¡viva Arrecife”, se despiden.

Sarri sarri, clásico de Kortatu, de repente Nino Bravo, Loquillo, La Polla Records (Salve regina), Rosendo… (“Agradecidos a Arrecife en Vivo por hacer posible esto, ¡le pese a quien le pese!”. Así desemboca la gente en el parque Ramírez Cerdá, bastante animado con un nutrido grupo de gente joven y adolescente, atraídos por un fenómeno youtuber musical llamado Bejo.

El asturiano DJ Pimp, campeón de España de scratch y un genio del turntablism (crea música manipulando la rotación de vinilos), hace una introducción y caldea el ambiente, mezclando lo posible y lo imposible, advirtiendo del rumbo que va a tomar la noche durante los próximos sesenta minutos. Junto a Bejo se ha recorrido la Península y los archipiélagos de ciudad en ciudad. Faltaba Arrecife.

Lo que pasa sobre el escenario Pampero Lanzarote es un cambio total. También ha sido un vuelco absoluto en el universo del rap, que flipó la primera vez que escuchó a Bejo. Cien por cien denominación de origen natural. Cien por cien flow, naturalidad y locura playera. “Parece que nos juntamos un par aquí, ¿no?”. Bejo es Bejo lo mismo si está en el Congreso que si está en casa.

“Hablo claro pero no me entienden esos babiecas, cómo explicar que no hace falta que lo entiendan; sólo déjate llevar y mueve la cabeza”. El buen clima de Bejo se concentra en las primeras filas, allí donde está la juventud. Atrás, hay gente atónita que añora una guitarra, mientras otros corean los temas de Bejo. “Bejito vacila pero no hace el gilipollas. Este estilazo mío está generando ampollas”, canta el de El Hierro.

Es la primera vez que un concierto de Arrecife en Vivo convoca al público adolescente. Suena 8 Misisipi (4,2 millones de reproducciones en YouTube). Saca bolsas de basura llenas de globos que arroja sobre el público, caramelos de sabores, plátanos y camisetas. Esto no es stand up comedy pero en cualquier momento podría aparecer Ignatius Farray por una esquina para versear algo y no le extrañaría a nadie. Bejo escucha de todo, jazz, rap, salsa, trap. Eso se nota. Suena Ventilador y Mucho, el hit de Bejo que empezó como un trabalenguas. Entre canción y canción, hay más letra sin música: de la abuela Nina a la caminata que hay que pegarse para nadar en el Reducto en marea baja. Bejo acaba bajando del escenario y acaba entre un montón de smartphones millenials que graban el momento para Instagram.

Rockalean coge el testigo y se dirige hacia el concierto de cierre de festival. En la avenida, el público corea un tema de Barricada como si le fuera la vida en ello. Toda la playa del Reducto está llena de gente. “Hasta las tachas”. “Bien de gente”. “Esto está petado”. Hoy sí, la multitud se descalza y baja a la arena. Esta noche es especial. Hace tres años que Fuel Fandango no toca en Lanzarote, en casa. Se perciben ganas y electricidad en el ambiente.

La puesta en escena es una delicia. Para eso Fuel Fandango se rodea de un equipo propio de diseñadores de luces, sonido y efectos. Rosas y flores en el pie del micro. Pantalla. Salen al escenario y el público rompe a aplaudir. Suena Trece lunas y el Reducto está a reventar. “Ando descalza por esa pared, vivo dormida y no sé por qué…”. La voz de Nita, que es flamenco, groove y soul puros, se confunde con la del público que corea la letra.

Nita es el espectáculo. Recorre el escenario. No da un paso sin marcar el ritmo. Ale Acosta es, hoy más que nunca, emoción y sensibilidad: “Esto es un regalo. Teníamos muchas ganas de venir. Han pasado tres años desde la última vez y han pasado muchas cosas bonitas…”. El de San Bartolomé no para de compartir sus sensaciones durante todo el concierto: “Reunir a la familia musical y a la natural, ver el Reducto así… Estoy viviendo muchas sensaciones”. Suena New life. Huele a mar.

Además del baile con el abanico, Nita se sube hoy a un tablao. Hay taconeo, electrónica, luz y una pegada de Carlos Sosa, el músico de Las Palmas, que quita el sentido. Pablo Pérez está en el bajo el teclado y los coros. Esto es misticismo, groove y electrónica. Fuel Fandango sigue revolucionando la forma y el fondo. En una de sus intros: versos del folclorista Florián Corujo.

“Gracias a HSmith, a Óscar Pérez, al Cabildo y a la Reserva de la Biosfera… Gracias a todos los que han hecho posible que haya cultura en la isla y que podamos bailar en la arena del Reducto”, dice Alejandro Acosta. Suena Toda la vida, una canción que compusieron en Fariones y que ha viajado por muchas partes del mundo. “Así es la música, familia”.

Quedan sólo cinco conciertos antes de que Fuel Fandango acabe la gira de Aurora en el Wizink Center de Madrid y se tomen un año fuera de los escenarios. El Reducto vibra a cada verso. Manos levantadas, bailes individuales y colectivos. Gente diversa.

“Voy a dedicar este concierto a una gente que hace 20 años se reunió en una bodega entre San Bartolomé y Güime… Gente que hace posibles festivales como este y como Sonidos Líquidos, gente que toca en bandas de Lanzarote… Ellos saben quiénes son”. Fuel Fandango se marchan con Salvaje dejando cuerpos con ganas de más.

Pero hay que reservarse para Elyelladjs, un dúo que ha puesto vuelta al aire escenarios como el Granada Sound o el FIB. Expertos en leer los biorritmos de la pista de baile, en Arrecife en Vivo remezclan Lori Meyers, Maniac, Rhythm Of The Night, rock and roll ¡y el Sweet dreams de Eurythmics! Suena Magic, uno de los singles de Elyelladjs, un maravilloso canto al carpe diem.

Ellos son los encargados de cerrar este alucinante 5º Arrecife en Vivo Estrella Galicia, dando en el clavo, comprendiendo que este es un festival para la calle y para la gente.

Gracias por la energía y por convertir las calles de Arrecife en un escenario para la vida y para la música. 🙂